El abusar de los diuréticos para bajar kilos o compensar excesos cometidos con la comida y utilizarlos como una rutina después de cada ingesta hipercalórica es una práctica peligrosa y poco saludable.
Debemos tener en claro que los diuréticos eliminan agua del organismo pero no grasa o volumen, por ello no son aptos para perder peso. Si el caso es que se padece de un problema de retención de líquidos, el diurético será recomendado por el médico previo diagnóstico.
Los diuréticos naturales son poco efectivos porque son muy suaves, así como la mayoría de las píldoras o infusiones fitoterapéuticas. Sin embargo, existen fármacos como la furosemida que si ayudan a eliminar líquidos del organismo.
Es importante tomar conciencia que el automedicarse con este tipo de sustancias o fármacos es peligroso, en especial para aquellas personas que tienen tendencia a sufrir de anemia, o padecen de diabetes o hipertensión arterial, problemas de insuficiencia renal o de índole hepática.
Las consecuencias en la toma de diuréticos en exceso pueden producir una deshidratación profunda o en casos más graves derivar en un edema cerebral.
En cambio, utilizar diuréticos naturales, como los de algas marinas, en combinación con una dieta saludable y equilibrada puede tener sus beneficios ya que depuran el organismo auxiliándolo en la eliminación de toxinas.
De todas formas, es aconsejable no abusar de ellos y tomarlos una vez por día, un máximo de dos veces por semana.
Otras opciones naturales son el té verde y frutas que tienen propiedades diuréticas como los brotes de soja, el kiwi y las alcachofas, que pueden ser incluidos en la dieta diariamente sin traer complicaciones.
Foto SXC
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