Mucho se ha dicho y escrito sobre las bondades de las cremas reductoras, en el mercado se ofrecen diferentes opciones como cremas, geles, lociones, sprays y en la actualidad existen también los llamados parches.
Dentro de las sustancias que las componen están la centella asiática, algas marinas, vitaminas y antioxidantes.
Una de las bondades que se les atribuyen es la de detener la fabricación de lípidos contribuyendo a realizar una degradación de las reservas de azúcar y cuerpos grasos, pero lamentablemente nada de esto ha sido comprobado de manera absoluta.
Si es verdad, que muchas cremas reductoras pueden ayudar a la eliminación de grasa en algunas zonas rebeldes, pero no son milagrosas.
En realidad, este tipo de producto ayuda cuando se combina con una dieta de bajas calorías y actividad física diaria.
Algunos expertos en cosmética recomiendan que para que los resultados puedan hacerse visibles al cabo de unos diez a quince días, de uso continuo, este tipo de productos sea aplicacado antes de comenzar a realizar gimnasia.
A pesar que la mayoría de estas cremas reductoras son totalmente inocuas para la salud, se encuentran contraindicadas en mujeres embarazadas, o en etapa de lactancia, ya que los activos podrían traspasar la placenta.
En resumen, cuando se desea la eliminación de grasa de ciertas partes del cuerpo, las cremas reductoras por si solas no son la solución al problema, existiendo otros tratamientos estéticos que si son efectivos como por ejemplo la liposucción.
Foto SXC
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