Tu cuerpo necesita de este mineral tanto como de otros. Ten presente que el sodio permite que tu organismo pueda controlar muchas de sus funciones, pero es importante recordar que el exceso puede ser muy peligroso.
En el caso de que sufras de hipertensión arterial o tengas insuficiencia cardíaca deberás reducir notablemente la cantidad de sal que consumes a diario, incluso las personas que no tengan problemas relacionados con la presión deberían bajar las cantidades de sal que ingieren.
El sodio dentro de tu alimentación se mide usando kilogramos, normalmente se aconseja no confuir más de 2,300 mg a diario de sal, aunque el objetivo ideal ronda los 1,500 mg.
Para mantener los niveles adecuados es aconsejable comer frutas y verduras frescas, que cuentan con baja cantidad de sal. También se aconseja evitar el consumo de alimentos enlatados, los cuales utilizan sal para conservar sus colores habituales. Por eso siempre es preferible consumir los alimentos lo más naturales que se pueda.
Siempre debes leer las etiquetas de los envases para cerciorarte que son libres de sodio bajas en sodio o sin sal agregada. Verifica también la cantidad de sal que cuenta cada porción.
Evita la ingesta de:
- Anchoas
- Aceitunas
- Salame
- Jamón
- Aderezos
- Patatas fritas
- Galletas
- Refrigerios en general
- Carnes curadas
- Carnes ahumadas
- Salchichas
- Salsa de soja
- Jugos de tomates
- Quesos
En el momento de cocinar tus alimentos podrás optar por otros condimentos como las hierbas, el ajo, la pimienta, cebolla en polvo. No compres las especias previamente empacadas porque es normal que contengan sal.
Si disfrutas yendo a comer a restaurante no deber privarte de hacerlo, solo deberás poner más atención en la elección de tus platos, los cuales es preferible que sean cocinados al vapor o asados, sin sal adiciona, sin salsas ni quesos. Podrás usar vinagre y aceite para condimentar tus alientos.
Un secreto que nunca falla para tener éxito en la Dieta baja en Sal es retirar el salero de tu mesa y reemplazarlo por una mezcla de especias realizadas por ti misma.
Recuerda siempre consultar con tu médico antes de comenzar una dieta o cambiar tu alimentación habitual de manera radical.
Fuente de Foto 1 | Flickr – Fujur
Fuente de Foto 2 | Flickr – MacManu
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