Existe una diferencia entre obesidad y sobrepeso. La primera es el exceso de grasa en el cuerpo, ya que teniendo más de un 20% del peso normal se alcanza el nivel denominado como obesidad.
Pero cuando se tiene más del 50% del peso normal se considera como obesidad mórbida, existiendo varias clasificaciones médicas para el estado de obesidad y tienen que ver con el lugar donde se encuentran localizados los depósitos de grasa.
En realidad todo el mundo conoce la principal causa de la obesidad que es el consumir más calorías de las que el organismo gasta y las almacena en el cuerpo en forma de depósitos de grasa, por ello también se le da el nombre de “grasa localizada”.
Existen diversos factores que hacen propicia tanto la obesidad como el sobrepeso, entre ellos los metabólicos, genéticos, endocrinológicos y también los ambientales.
Dentro de los factores ambientales la vida sedentaria es un punto importante a tener en cuenta, ya que la actividad física es fundamental para mantenerse en forma y estar saludable. Otros factores ambientales como el estrés, las presiones sociales que crean hábitos alimenticios desfavorables donde en uno de los primeros lugares está la “comida chatarra” y también la falta de un buen descanso, el dormir mal hace que muchas personas aumenten de peso.
Los factores genéticos también pueden influir tanto en personas de forma individual como en poblaciones enteras que tienen una tendencia mayor a sufrir de obesidad.
La ingesta de ciertos fármacos como antidepresivos y anticonceptivos puede hacer ganar unos kilos a quien los consume y también ciertas enfermedades a nivel psicológico como la ansiedad o la depresión pueden ser el camino que lleva a muchas personas a ganar peso.
Para algunas personas la ignorancia las lleva a subir de peso ya que tienen conceptos equivocados con respecto a principios nutricionales.
La obesidad es dañina para la salud tanto física como psíquica, ya que disminuye la calidad de vida, puede traer problemas colaterales y hace que la autoestima se vea comprometida.
Existen también ciertas enfermedades que pueden surgir o agravarse como respuesta a la obesidad, como las dolencias cardíacas, diabetes, hipertensión arterial, apnea del sueño e incluso problemas ortopédicos debidos al peso que las extremidades inferiores deben soportar.
Cuando la obesidad se padece en épocas tempranas de la vida acarrea trastornos a nivel cutáneo y para muchas personas trae como consecuencia el aparecimiento de sudoración excesiva, edemas, artritis, etc.
Afortunadamente, en la actualidad existen varios tratamientos que pueden ponerse en marcha para bajar de peso y salir de la obesidad, dependiendo siempre si ésta es moderada o grave.
Cuando se padece de obesidad moderada muchas veces es suficiente cambiar ciertos hábitos alimenticios cambiando la dieta habitual por una equilibrada donde vegetales, frutas y cereales se encuentran incluidos en el menú diario.
Sin embargo, cuando se habla de una obesidad de tipo crónico se requerirá de un tratamiento más completo y que llevará tiempo en dar resultados positivos.
No existen milagros ni tratamientos médicos infalibles, sino los personalizados que son el mejor camino para llegar al éxito.
Ya, si se habla de obesidad mórbida, la cirugía puede ser la solución para muchas personas. Entre los métodos más utilizados hoy en día se encuentran la banda gástrica y el by pass gástrico, operaciones que poseen algunos riesgos y que además requieren cambios alimenticios importantes. A muchas personas les han dado resultados excelentes en tanto que a otras no les ha resuelto el problema y vuelven a engordar.
Asimismo, la grasa que se considera más peligrosa es aquella que se acumula alrededor de los órganos vitales ya que puede causar con el tiempo problemas graves.
Tanto la obesidad como el sobrepeso se han convertido en problemas graves de salud a nivel mundial y desde distintos sectores de la salud se alerta a quienes padecen de alguno de estos trastornos buscar ayuda profesional para bajar de peso e iniciar un camino saludable con cambios de hábitos alimenticios y actividad física dos pilares fundamentales en la lucha por una mejor calidad de vida.
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