Nuestro cuerpo utiliza las grasas haciendo con ellas una reserva de energía, cuando no se usan esas energías, tanto las grasas como los hidratos de carbono, que ingerimos de más, pasan a transformarse en el hígado en ácidos grasos acumulándose además en los tejidos musculares.
En los hombres estas grasas generalmente se acumulan en la región abdominal y en las mujeres en las caderas.
Esta grasa acumulada puede ser riesgosa para nuestra salud porque aumenta las chances de que las arterias se obstruyan, pudiendo originar problemas de índole cardiaca.
Investigaciones realizadas dieron como resultado que si el diámetro de la cintura lo dividimos por el de las caderas y el resultado supera 0.91, el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular se triplica, pudiendo también surgir otras dolencia como la diabetes.
La grasa abdominal puede acumularse porque tenemos una alimentación desequilibrada, sufrimos de estrés, llevamos una vida sedentaria, por herencia genética o por un nivel alto de los triglicéridos.
Sin embargo existen algunas pautas de conducta que reducen estos riesgos:
- Realizar un régimen de comidas saludable y también variado, comenzando una actividad física para eliminar el sobrepeso.
- Hacer diariamente cinco o seis ingestas de alimentos con bajo nivel calórico.
- Beber mínimo dos litros de agua por día.
- Evitar el consumo de alimentos como chocolate, manteca, helados etc. y con respecto a las grasas son preferibles las monoinsaturadas, como nueces, pescado y aceite de oliva.
- Reducir al máximo la ingesta de azúcar.
- Tomar siempre una cena liviana a base de frutas y vegetales.
Una vez que hayamos bajado de peso y eliminado la grasa abdominal, debemos hacer ejercicios abdominales a diario y veremos resultados increíbles en nuestro cuerpo.
Por último debemos tener presente que no sólo es cuestión de eliminar los depósitos de grasa sino poner en práctica los nuevos hábitos adquiridos durante la dieta para no volver a tenerlos, mejorando nuestra apariencia y salud.
Foto SXC
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