Estudios realizados recientemente entre un grupo de universitarias en Europa puso de manifiesto que aquellas que se encontraban bajo presión ingirieron mayor cantidad de alimentos dulces que aquellas que se encontraban bajo un estado de mayor tranquilidad y relax.
Se considera que el estrés es necesario para poder sobrevivir, siendo ésta una conducta ancestral que le permitía al hombre mantenerse en alerta ante cualquier peligro que pudiera amenazarlo.
Sin embargo, ese estrés se vuelve perjudicial cuando se transforma en crónico y deja de ser controlable.
Por ello es necesario controlar el estrés y también reducir la cantidad de calorías que ingerimos, así podremos seguir una dieta sin que nada pueda desviarnos de nuestro objetivo.
Existen algunas cosas que podemos hacer con el fin de reducir el estrés:
- La respiración: Respirar y hacerlo de la manera correcta, que es llevando el aire que inspiramos hasta nuestro abdomen, esto lo lograremos haciendo que el aire se expanda por todas las paredes del mismo y se deshinche cuando lo soltamos en forma lenta.
Con este ejercicio logramos bajar el centro de gravedad de nuestro cuerpo y así estaremos más en contacto con el suelo. Ese tipo de contacto nos relaja y devuelve la seguridad, reduce nuestra ansiedad y tensiones. - Terapia de movimiento: Esto significa movernos cuando estamos nerviosos, puede ser haciendo una caminata, también son recomendables las prácticas de Tai Chi, Stretching o Yoga. Aquí lo importante es realizar una descarga motora y esto sólo se produce por el movimiento.
La Asociación de Salud Mental de Palm Beach asegura que el estrés puede provocar enfermedades como la fibromialgia (dolencia inflamatoria) y el sobrepeso, de hecho se ha comprobado que el 97% de las visitas al médico tienen relación directa con problemas de estrés y en muchas ocasiones las visitas tienen nacimiento en trastornos en la alimentación que se desencadenan por comer en exceso como una forma de aliviar la ansiedad.
Foto SXC
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